De siempre me ha parecido una locura el precio que pagamos por el agua embotellada, y mucho más si la comparamos con el agua corriente del grifo. Una botella de 1,5 litros en un supermercado normal viene costando unos 0,70€, es decir unos 0,47€ el litro. Por el contrario, un litro de agua del grifo cuesta aproximadamente 0,001€, o lo que es lo mismo, 1000 litros = 1€.
De hecho, hará ya unos 10 o 12 años que leí por algún sitio en internet una comparativa, un poco chorra y en plan rollo motivacional, que mostraba una fotografía de un botellín pequeño de agua en un avión, por el que supuestamente el comprador había pagado unos 3,50€. Bajo esta imagen venía un texto en el que se indicaba que el mismo botellín costaba 2,50€ en el aeropuerto, 1,50€ en cualquier bar, y unos 0,30€ en el supermercado. ¡Sí!, exactamente el mismo botellín de agua, con unos precios totalmente distintos. La reflexión de esta historia es que, al igual que el botellín, tú mismo puedes ser valorado de forma distinta según el lugar y circunstancias en las que estés. Y que, si no te valoras tú mismo pues mal vas, o que si no te valoran en algún sitio igual deberías cambiar de lugar, … saca tus propias conclusiones.
Yo, además, suelo utilizar este ejemplo para diferenciar entre el coste y el valor. El coste del botellín es el mismo, sí, pero no su valor… imagina que estás perdido un par de días sin agua en el desierto a 45ºC y te ofrecen el botellín por 50€, o por 100€, … sabes que cuesta 0,30€… pero te mueres de sed…¿lo comprarías?, ¿lo vale?.
Pues con tu dinero deberías hacer exactamente lo mismo, una cosa es lo que te cuesta conseguirlo, que bien lo sabes, y otra muy distinta el valor que le das y el que puedes conseguir por él.
Tu dinero “liquido”, el del día a día, también debes valorarlo mucho, y ya no digamos los ahorros del colchón de emergencia, o los que puedas ir guardando para la jubilación.
Y es que hay muchas personas que no le dan valor al dinero, cuando como poco, si como poco, se le debe sacar una rentabilidad del 2% o 3% al del día a día.
Y si vamos ampliando el plazo de tiempo de nuestros ahorros, por ejemplo, a un año que sería el de “seguridad”, que menos que tener una rentabilidad del 4% o 5%.
Y por supuesto, para ese dinero que queremos guardar para nuestra jubilación o los gastos de la universidad de los hijos, o cualquier objetivo a largo plazo, nos lo deben rentabilizar o “valorar” a un 8% o 10%.
Si tú sabes lo que CUESTA ganar el dinero, ¡¿por qué no lo VALORAS adecuadamente?!.
Hay que tener en cuenta que tanto si lo valoramos como si no lo hacemos hay una ladrona invisible que todos los días nos quita unas monedas de nuestra cartera, se llama inflación. Así que, por lo menos debes pensar en “igualar” lo que ganas con lo que te quita está ladrona silenciosa. Repito, por lo menos esto para no perder poder adquisitivo.
Para hacer esto correctamente debes contar con un plan financiero, saber como gestionar el dinero y las «reglas básicas» del juego para no perder, llevar controlados los gastos, fijar objetivos a corto, medio y largo plazo. Es muy sencillo, y no lleva más que un rato hacerlo, pero a muchos con los que hablo o le da pereza, o no saben por dónde empezar.
Para esto estamos en Ahorro Proactivo, para ayudar a recorrer este camino y que puedas darle a tu dinero el valor que le corresponde, y generes rentabilidad para ti y tus objetivos
Ahora, que deberías hacer; Si ya tienes un plan financiero, síguelo. Que no lo tienes, pues lo hacemos juntos y así empiezas con tu Ahorro Proactivo.
¿Cómo hacer este plan?
En dos pasos bien sencillos:
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